"Viajero a ninguna parte hasta el amor. Alberto de Paula amarra su alma primero en la isla del deseo; luego en la de la esperanza; por fin en la de la decepción y siempre en la de la perseverancia. A veces dubitativo, otras decidido, a cada paso, a cada poema, el autor se acerca más a la mar: Escucha su rumor, pero oye su estruendo; se mira en su soledad, pero se ve en su desmesura; se reconforta en sus calmas, pero reivindica sus tormentas.
Porque, como en la mar, también en el corazón la calma es perecedera."

Enrique Pellicer

Premio Nacional de Poesía Mariano Roldan.
Premio Internacional de Poesía Juan Alcaide